Como el ansioso que después de la primera cita vive con el teléfono en la mano a la espera del llamado que lo saque de la soledad. Como el desesperado que ve en cualquier gesto la oportunidad de enamorarse. Como el virgen que se resigna a ponérsela a la primera que se lo permita. Así estábamos buscando una señal, algo que nos saque de este tiempo de incertidumbre.
Y de repente, en un nuevo ingreso a la página de la radio, se hizo la luz:
Al menos hay alguien en la radio.
La espera continúa.
Otra Vuelta
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